En su “Guía verde. Santiago de Compostela” María Isabel Fraga contabiliza 227 hectáreas de parques en el municipio de Compostela. Parques con jardines históricos, modernos ejemplos del paisajismo ligados a antiguos monasterios, vanguardismo rural que intenta preservar las antiguas huertas y animar a la población a cultivarlas. La variedad, calidad y cantidad de propuestas que ofrece la ciudad es enorme.

De la generosidad de las monjas de Belvís a la nueva Compostela de Galeras

 

 

El parque de Belvís constituye otro ejemplo de la importancia que los monasterios han tenido para la creación de espacios verdes en el centro de la ciudad. Está emplazado en un área cercana a la rúa de San Pedro, a los pies del convento al que perteneció parte de la tierra hasta hace pocos años y al que debe su nombre, Belvís, y del Seminario Menor, que desde hace muchos años es uno de los albergues de peregrinos más frecuentados.

Las monjas de clausura que todavía habitan el convento de Belvís, no dudaron en donar algunas de sus propiedades al ayuntamiento de Santiago, a las que se sumaron muchas huertas en estado de abandono, testigos del carácter rural que la ciudad de Compostela ha sabido preservar.

El espacio comenzó a transformarse en un parque a finales de los años 90 y finalmente en 2008 el municipio compostelano sumó a las importantes áreas de césped y bancales con arbolado de reciente plantación, una vanguardista iniciativa: la oferta a los ciudadanos de una serie de pequeñas huertas que podrían ser explotadas por ellos con el único compromiso de seguir técnicas agrarias tradicionales y ecológicas. La iniciativa ha prosperado y el parque es hoy un curioso espacio de convivencia donde viejos compostelanos y experimentados campesinos, comparten su experiencia con noveles estudiantes y profesionales deseosos de obtener su primera producción agrícola. Paralelamente el propio ayuntamiento ha puesto en marcha un huerto propio.

Pero junto a los viejos monasterios y sus huertos, la vida cotidiana de Santiago se puede ver todos los días por los senderos y sobre el cuidadísimo césped del parque de Galeras: niños que juegan, jóvenes leyendo, ancianos sentados al sol, paseantes y “corredores” de todas las edades, perros de todas las razas e incluso algunas bicicletas.

El parque fue creado en 1999 ocupando una amplia superficie atravesada por el río Sarela. Se trata de una llanura verde, muy cuidada y con grandes áreas de césped, que sirve de plataforma para llegar a los grandes espacios verdes que rodean Santiago: el Monte Pedroso y la Granxa do Xesto.

 Flanqueado por los edificios de un barrio remodelado en los últimos años, el parque cuenta con una amplia oferta de cafés y bares en cuyas terrazas con vistas podrán disfrutar de una cerveza, un vino o un menú del día aquellos que hayan terminado las provisiones de sus mochilas.

Junto al parque se dispone el complejo deportivo Santa Isabel, que por un módico precio ofrece al peregrino sus instalaciones, incluyendo piscina, sauna y duchas.

Otros espacios recomendables de la ciudad son: el Campus Sur, prácticamente una extensión de la Alameda con paseos y numerosas instalaciones deportivas; la Carballeira de San Lourenzo, un pequeño bosque cercano al campus con las edificaciones del Pazo de San Lourenzo, antiguo convento de Trasouto; el parque de Vista Alegre o finca Simeón, muy cercano al de Galeras, y el Parque Música en Compostela, creado en torno al Auditorio de Galicia, con una amplia superficie de césped y un atractivo estanque.